Entendiendo el campo de acción de la apologética.


Al estudio de las pruebas de la existencia de Dios, y que la Biblia es la revelación de su voluntad, es a lo que se le llama, “apologética” —la defensa de la fe—. Por su parte, la teología tiene como fuente de estudio a la Biblia para conocer a Dios, su voluntad y sus propósitos para con el hombre. La “apologética”, como ciencia, tampoco debe ser confundida con el “evangelismo”. La apologética responde preguntas sobre la esperanza del cristiano (1 Pedro 3:15), y puede construir un caso positivo para la fe (Lucas 1:4). Pero esto es claramente diferente de la predicación del evangelio (cfr. 1 Corintios 15:1-4). El evangelismo es en cualquier momento, en cualquier lugar, para cualquiera, en cualquier conversación. La apologética solo se realiza cuando y si es necesario para los no creyentes o incluso para los creyentes: para defender la fe o fortalecerla. Esta disciplina debe definir la verdad y demoler cualquier noción relativa de verdad. Para contrarrestar el mundo posmoderno de hoy, debe defender la verdad como absoluta. El mundo dice que las creencias acerca de la religión o Dios son subjetivas. Pero si la verdad corresponde a la realidad, como son las cosas, entonces la verdad se basa en el mundo objetivo que todos conocen. La ley de no contradicción nos muestra que algo no puede ser verdadero o falso al mismo tiempo y en el mismo sentido / relación. Entonces, si la verdad bíblica es real, luego todo lo que no armonice con ella, o cualquier cosa opuesta a ella, es falsa. La verdad es que no existe una verdad relativa. El relativismo es contraproducente, ya que supone que el relativismo es cierto para todos (es absoluto), lo cual no tiene sentido. La apologética debe demostrar la existencia de Dios. Si es del todo cierto que la verdad bíblica es real, entonces podemos razonar desde una realidad cambiante a una causa inmutable de todas las cosas. Los argumentos tradicionales para la existencia y la naturaleza de Dios no están muertos si la verdad es absoluta y accesible al conocimiento humano. Además, debemos conectar tales argumentos con la naturaleza teísta del Dios de la Biblia (cfr. Éxodo 3:14) y demostrar que solo puede haber un Ser (Dios) que sea necesario, eterno, omnisciente, todo poderoso y omnivolente. La apologética debe mostrar que las cosmovisiones opuestas al teísmo son falsas. Dado que la verdad bíblica es real y que Dios existe, es posible mostrar que ninguna visión opuesta de Dios es verdadera o puede ser verdad. El ateísmo, la visión de que no hay Dios, y el panteísmo, la visión de que Dios es idéntico a la creación, son falsos si el teísmo (hay un Dios trascendente) es verdadero. Esto, por lo tanto, proporciona el contexto para comprender todo lo demás en el mundo, incluida la ciencia y la historia. La apologética debe ofrecer una defensa sistemática de la fe. El que hace defensa de la fe, debe conectar la visión teísta de Dios con la verdad histórica del Nuevo Testamento al demostrar que Jesús afirmó ser Dios, cumplió la profecía al resucitar corporalmente de entre los muertos y enseñó que sus apóstoles tenían la inspiración de Dios y poder milagroso, así como los profetas del Antiguo Testamento. Si algún creyente quiere dedicar tiempo a esto, siempre será necesario que lo haga con “mansedumbre y reverencia” (1 Pedro 3:15), y no con soberbia, intolerancia y desprecio ante aquellos que demanden razón de la fe que profesa.

Lorenzo Luévano Salas

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