SABIDURÍA ESPIRITUAL PARA TRABAJADORES ESPIRITUALES (Nehemías 4:1-23)
Nehemías y
sus hombres se dedican a un trabajo serio. De hecho, el futuro de Jerusalén y
de Israel mismo dependen de la realización exitosa de su proyecto. Mientras
trabajan, proporcionan una valiosa ilustración para aquellos que se dedican al
trabajo del Señor en estos días.
Como saben, cada iglesia enfrenta
una gran tarea. Ahora, sin querer presionarle a usted indebidamente, o de
manera injusta, sí es necesario que usted este consciente, que el futuro de
cada iglesia depende de la realización exitosa de su obra.
Este pasaje nos proporciona
información muy valiosa para aquellos que están conscientes de la obra que se
realiza en la congregación. Estaré señalando algunos pensamientos que naturalmente
se hacen presentes en este hermoso texto bíblico. En él encontraremos sabiduría
espiritual para trabajadores espirituales. Los pensamientos dados en este
pasaje, le ayudarán en sus esfuerzos para hacer la obra y la voluntad del Señor
en la congregación. Observe lo que hacen los trabajadores espirituales y
sabios.
LOS TRABAJADORES SABIOS Y
ESPIRITUALES, RECONOCEN LOS PELIGROS ALREDEDOR DE ELLOS.
Una manera de identificar a los
enemigos de la obra, según los versos 1 al 3, es la manera en que se expresan
de la obra misma. Ellos siempre están criticando. Los enemigos de Israel se
burlaron y ridiculizaron el trabajo que intentaban hacer. Cuando en la
congregación tenemos personas que, en lugar de apoyar, critican, o ser mofan
del trabajo, tenemos a personas que destruyen. Esto mismo puede suceder cuando
usted, de manera individual, quiere servir a Dios. A veces ellos dicen, es que
eso se debe hacer de manera diferente, o que se debe hacer mejor, o incluso,
que es mejor no hacer nada. Mis amados hermanos, no permitan que tales personas
los atrapen. Usted siga escuchando a Dios, no a ellos. Algunos de los mejores
trabajadores del Señor, incluidos los de Jesús y Pablo, fueron criticados.
Entonces, cuando la crítica que se haga presente, alabe al Señor, porque va por
buen camino. Recuerde, un tonto puede destruir la iglesia en cinco minutos,
porque siempre hay muchos tontos que le hacen caso. ¡No sea usted uno de ellos!
Si usted es de los que se dedica
a criticar, piense en esto. En un campo de batalla, un oficial apuntó su cañón
hacia lo que parecía el enemigo distante. Justo antes de disparar, el
comandante, mirando a través de sus binoculares, grito, “¡Tu puntería parece
perfecta, pero detente! No son el enemigo, son nuestra propia gente”. ¿Alguna
vez pensó que cuando apunta para lanzar sus críticas sin reflexionar, en
realidad está apuntando su cañón al Señor de sus hermanos? (cfr. Hechos 9:1-4)
Según los versos 7 al 8, la
conspiración fue combatida. Los enemigos planearon y planearon cómo podrían
provocar desestabilizar al pueblo de Dios. Y así, mis hermanos,
cada iglesia está propensa a caer bajo el ataque de enemigos. Quizás algunas ya
están bajo ataque ahora mismo. Pero eso, no debería de sorprendernos; después
de todo, el enemigo hará lo que todo enemigo hace (cfr. 1 Pedro 5:8). Cada
cristiano debe tener cuidado con aquellos que no aman otra cosa, sino el que la
congregación fracase. Habrá aquellos en el exterior que conspirarán contra
usted, y puede haber algunos en el interior, que a través de sus acciones
también conspiran contra la iglesia. Por lo tanto, ¡mantenga la guardia!
En los versos 10 al 12, se nos
muestra que, efectivamente, ataques también vienen desde dentro del mismo
pueblo. Esto es lo que sucedió a Nehemías y sus trabajadores. Tenga en cuenta
que surgirán dentro de sus propias filas, aquellos que no estarán satisfechos con
nada de lo que usted haga. Algunas personas no pueden encontrar una buena
palabra para decir sobre nada.
Cierto padre era un gruñón crónico. Estaba sentado con su familia en presencia de un invitado en el salón,
un día cuando surgió la cuestión de la comida. Uno de los niños, quien era una
niña pequeña, le estaba diciendo al huésped muy ingeniosamente qué comida le
gustaba más a cada miembro de la familia. Finalmente llegó el turno del padre para
ser descrito. “¿Y qué me gusta, Nancy?”, preguntó entre risas. “A ti…”, dijo la
niña lentamente, “bueno, a ti, casi todo lo que no tenemos”. Esa es la actitud de
muchos.
La esposa de un predicador
enojado miró los restos de una cena que hacía mucho tiempo que se había
enfriado. Le preguntó intensamente a su esposo: "¿Dónde has estado las
últimas dos horas?" Sus ojos vacíos miraron a su esposa; luego él, lentamente
respondió: "Conocí a la Sra. Burton en la calle y le pregunté cómo se
sentía".
Una joven pareja estaba cada vez
más ansiosa por su hijo de cuatro años que aún no había hablado. Lo llevaron a
especialistas, pero los médicos no encontraron nada malo en él. Entonces, una
mañana en el desayuno, el niño de repente habló, y dijo, “Mamá, la tostada está
quemada”. “¡Hablaste! ¡Hablaste!”, gritó su madre. “¡Estoy tan feliz! ¿Pero por
qué ha tardado tanto?”, y el niño respondió “Bueno, hasta ahora, las cosas han estado
bien”. Habló solamente cuando tuvo algo de qué quejarse.
Sus esfuerzos y motivos serán
cuestionados y todo lo que haga será analizado. Pero, debe recordar que, su
deber no es complacer a los críticos y a los quejosos; su deber es complacer al
Señor.
Aquí hay una palabra de consejo para todos los
que se quejan en la iglesia: El hombre que dice que no se puede hacer, nunca
debe interrumpir al hombre que realmente lo está haciendo.
LOS TRABAJADORES SABIOS Y
ESPIRITUALES, CONFÍAN EN LA AUTORIDAD DIVINA SOBRE ELLOS.
Cuando llegaron los ataques,
Nehemías y sus hombres hicieron lo correcto. ¡Se volvieron a Dios con fe!
¡Ejercieron el privilegio de la oración!
Según los versos 4 al 5, ellos
oraron. ¡Nehemías llamó a Dios! Fue al Señor en busca de ayuda y dirección. Predicadores,
pastores y maestros, deben tener cuidado de recurrir a los hombres y las
organizaciones hechas por el hombre para recibir su ayuda. Mire a Dios, ha
estado guiando a su pueblo a través de aguas traicioneras durante miles de
años. Él ha ayudado a otros y le ayudará a usted también (Jeremías 33:3).
Los trabajadores oraron (v. 9). No
lo hicieron solo los que dirigían la obra. Todos los involucrados en el trabajo,
todos recurrieron a la oración. Todos se volvieron al Señor, porque todo hombre
depende de Dios, y creyeron firmemente que él podía protegerlos. Lo mejor que
puede hacer cualquier iglesia, es unirse y perseverar en la oración (Hechos 2:42).
Con la oración se busca a Dios, y se le reconoce como el sustentador y protector
en todo momento. Si lo hacen, si lo invocan, él escuchará y ayudará (cfr.
Filipenses 4:6-7). Por eso, en el verso 14, se les dijo que no tuviesen temor
del enemigo, sino que esperasen en el Señor.
LOS TRABAJADORES SABIOS Y
ESPIRITUALES, RESPONDEN A LOS DEBERES ASIGNADOS.
Los hombres de Dios nunca pensaron
que con el hecho de orar solamente el trabajo ya estaba realizado. Ellos sabían
que la oración era un elemento importante, siendo un apoyo esencial para la
obra, pero aún tenían que dedicarse a ella. Después de la oración, llegó el
momento de poner la espada debajo, y mover
las cargas.
El verso 6 nos dice que estaban
unidos en el proceso del trabajo. Observe con detenimiento la palabra “Edificamos”, lo cual
implica el pronombre “nosotros”. Y además, dice que “el pueblo tuvo ánimo para trabajar”.
Esto expresa unidad con propósito. La unidad se expresa no solo creyendo lo
mismo, sino trabajando para una misma meta. Estas personas estaban trabajando
juntas, y como resultado, el trabajo se realizó (cfr. Nehemías 6:15). El
trabajo que la iglesia debe realizar, siempre será más sencillo, y con buenos
resultados, si todo y cada uno de los miembros participa activamente en él (cfr.
Filipenses 1:27)
Según el verso 9, ellos están
unidos en la protección del trabajo. ¡Mientras TODOS trabajaban, también TODOS vigilan!
¡Todos tenían los mejores intereses mutuos en el corazón! Para ellos, ¡el
panorama principal era el foco principal! ¡Cada miembro de cada iglesia debe
mantener sus ojos abiertos para el menor indicio de problemas! Si cada persona
está vigilando al enemigo, ¡tendrá más dificultades para entrar por la puerta! Los muros más fuertes son inútiles si las
puertas son débiles o si los guardianes son descuidados o desleales. La Gran
Muralla China fue penetrada por enemigos al menos tres veces, porque cada vez los
guardias fueron sobornados. La iglesia necesita puertas
fuertes. y porteros leales.
Todos estaban unidos en el
progreso del trabajo (v. 13-18). A medida que avanzaba el trabajo, TODOS
estaban juntos hasta que se completó. Cada persona tenía una función diferente,
¡pero todos estaban unidos en el trabajo! ¡Esto es esencial para el éxito en la
iglesia! ¡A menos que la iglesia trabaje en equipo, seguramente no logrará nada
de valor eterno! ¿Alguna vez se ha preguntado por qué los gansos canadienses
vuelan solo en la formación “V”? Durante años, los especialistas en
aerodinámica se preguntaron lo mismo. Dos
ingenieros calibraron en un túnel de viento lo que sucede en tal formación de “V”.
Y descubrieron que, cada ganso, al batir sus alas, crea una elevación hacia
arriba para el ganso que sigue. Cuando todos los gansos hacen su parte en la
formación “V”, toda la bandada tiene un rango de vuelo 71 por ciento mayor que
si cada ave volara sola. Cada uno depende del otro para llegar a su destino.
Eso mismo ocurre en nuestras congregaciones. Y, por cierto, cuando un ganso
comienza a quedarse atrás, los demás lo llevan de nuevo a su lugar.
La iglesia necesita volar en una
formación de “V” espiritual, tocando la trompeta unos a otros con firmeza. Y
debe ser al menos un 71 por ciento más fácil vivir la vida fiel volando con el
rebaño en lugar de hacerlo solo. Por tanto, “considerémonos unos a otros para estimularnos
al amor y a las buenas obras” (Hebreos 10:24).
LOS TRABAJADORES SABIOS Y
ESPIRITUALES, RECUERDAN LAS RAZONES DE LA OBRA.
Ellos necesitaban constantemente
recordar por qué estaban luchando, ¡y cada iglesia debe hacerlo también!
Ellos estaban luchando por su fe
(v. 14). Había más en juego en Jerusalén que un muro. Nehemías sabe que la
misma adoración a Jehová estaba en juego. Y cuando usted, amado hermano, está
trabajando en la obra de Dios, recuerde siempre que ora y trabaja por la
congregación. Que lo que usted está haciendo es en bien de la congregación. Que
el futuro de la congregación está en juego. Lo que haga ahora determinará la
atmósfera de adoración en la congregación durante mucho tiempo. Tenga cuidado
de no permitir que el enemigo termine con el púlpito, que no silencie o
adultere las alabanzas y que no acabe con su buen testimonio.
Ellos estaban luchando por sus
familias (v. 14). Nehemías sabía que la lucha era por la vida de sus familias.
Si tenían éxito, sus familias vivirían. Si fallaban, ¡todos morirían! Y la lucha
en cada iglesia es igual. Cada creyente debe estar consciente que está luchando
para mantener una congregación que afectará e impactará a su familia. Tenga
cuidado de tomarse el tiempo para contar los costos para las familias y la
comunidad mientras busca hacer la voluntad de Dios en la congregación. Una iglesia
sana siempre será el mejor lugar para su familia.
Ellos estaban luchando por su
futuro (v. 14). El mismo futuro de Jerusalén y la fe judía estaba en juego
durante ese tiempo de conflicto. Estas personas estaban luchando, no solo por
ellos mismos y las necesidades que estaban actualmente presentes, sino también
estaban luchando por la próxima generación, y todas las futuras generaciones.
Nadie conocía ese futuro, ¡pero sabían que el futuro descansaba en lo que
hicieron en ese momento!
Lo mismo podrá decirse sobre la
lucha que estamos librando ahora mismo. Nadie sabe lo que le depara el futuro a
la iglesia donde es miembro. Sin embargo, es seguro que su futuro, ya sea
brillante o tenue, depende de las decisiones que tome en este momento. Es por
eso que debe buscar al Señor en oración y dar los pasos correctos de fe para
que pueda llegar al brillante y esperanzador futuro que el Señor ha puesto
frente a usted.
Conclusión. El trabajo
espiritual requiere sabiduría espiritual Y, esa sabiduría espiritual está
disponible para todos aquellos que la pidan (cfr. Santiago 1:5). Medite por un
momento. ¿Necesito presentarme ante el Señor hoy para buscar su rostro, y hacer
su voluntad con respecto a la iglesia donde soy miembro? ¿Necesito sabiduría
que supere la de los mortales? Si hay un deseo en su corazón de ver al Señor tomar
la congregación donde usted es miembro, y usarla para que el futuro de muchos
sea mucho más brillante que su pasado, entonces le invito a venir a él y
buscarle. Busque su bendición, busque su poder, busque denuedo, que la tarea
debe realizarse.
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