LOS DÍAS DE NOÉ.
Es interesante todo lo que
aprendemos al leer Génesis capítulos 4 al 6, sobre todo cuando meditamos en aquellos
días, y en nuestros propios días. Con cada mala noticia, con cada crimen, con
tanta falsa religión por todas partes, no es sorpresa que preguntemos, ¿están los
días de Noé aquí hoy? Así lo parece. ¿Qué es lo que caracteriza a tales días? Vamos
a considerarlos a la luz de las Escrituras.
FUERON DÍAS DE PERVERSIÓN.
Según los versículos 1 al 15,
vemos claramente que esos días se caracterizaron por la perversión. En primera
instancia, encontramos a Caín, su cruenta cultura y religión. Este hombre ignoró
el mandado ordenado por Dios en Génesis 3:21. ¿Y no es esa la mentalidad que abunda en
nuestros días? (2 Timoteo 3:5). Estamos viviendo en días de apostasía
generalizada (2 Tesalonicenses 2:3; 1 Timoteo 4:1-3; 2 Timoteo 4:3-4).
Para muchas personas Dios no es
otra cosa que una “fuerza”, lo cual ha dado pie a una gran variedad de filosofías
y auto ayudas. En muchas iglesias vemos esa misma filosofía, a tal suerte que
han convertido el evangelio en un mero mensaje social, psicológico, en no más
que un “gancho”, un “dulce” o una “tentación” para llenar templos.
FUERON DÍAS DE PROSPERIDAD.
Según la Biblia, “Jabal” (v. 20)
fue el primero en practicar la domesticación de los animales. Ahora,
los hombres ya no tenían que cazar y buscar comida, simplemente la
levantaban. Esto permitió a las personas tener más de lo que
necesitaban. Era tiempo de prosperidad material y Jabal tenía monopolio del
mercado.
A pesar del declive de la
industria en nuestro tiempo, todavía muchos siguen disfrutando de una
prosperidad sin precedentes. De hecho, si vas a lugares como Wal-Mart y los
centros comerciales, te preguntas quién trabaja más cuando todo el mundo está
gastando. Estos son días en que la mayoría de la gente tiene más que
suficiente.
FUERON DÍAS CARACTERIZADOS POR EL PLACER.
Un hombre llamado “Jubal” inventó
instrumentos musicales y fue, prácticamente, el padre de la industria del
entretenimiento (v. 21).
No se puede negar el hecho de que
estamos viviendo en un mundo loco de placer. El 27 de abril, del presente año
2018, se estrenó la película “Avengers:
Infinity War”, la cual tuvo una recaudación mundial de “2,047,687,731” dólares. Entre el 2015 y el 2016, el PIB de la industria
cinematográfica creció 15.1 por ciento. El crecimiento anual promedio de la industria
cinematográfica en el periodo de 2008 al 2016 fue de 6.5%, superior a 2.2% del
PIB nacional. En otras palabras, el comportamiento económico del cine solo en
el 2016 fue cinco veces más dinámico que el conjunto de la economía nacional.
Por otra parte, el 57% de los mexicanos gasta hasta mil pesos cada vez que sale
de fiesta o con amigos. Así lo indica un sondeo realizado por la comparadora de
servicios financieros Coru.com y la empresa de estudios de mercado Brad.Feebbo
en septiembre de 2018. El estudio indica que 28.9% reconoce menos de 500 pesos
como gastos cuanto sale de fiesta. Otro 13.2% gasta más de mil pesos. Solo el
0.9% no especifica la cantidad que desembolsa. Se dice que “los millennials”,
representados por jóvenes de 18 a 29 años en el sondeo, son quienes pagan hasta
mil pesos cada que salen de fiesta. Nadie
puede negar que, en el pasado, sin la existencia de tanta tecnología, los
mexicanos no gastábamos tanto en divertirnos. Hoy en día, los niños deben tener
Nintendo, PlayStation, Game Boys, computadoras, reproductores de música, etc. Como
en los días de Noé, ¡Somos una sociedad loca por el placer y la diversión!
FUERON DÍAS CARACTERIZADOS POR EL PROGRESO.
En 4:22, vemos que un hombre
llamado “Tubal-Caín” descubrió cómo extraer metal del mineral e inventó el
negocio de la fundición. Esto permitió a los hombres producir implementos
agrícolas más fuertes y armamentos mucho más formidables. El verso 17 habla del auge de las
ciudades. Los días anteriores al diluvio estuvieron marcados por avances
científicos y de ingeniería.
De hecho, cuando pensamos en la “construcción
del arca” en Génesis 6:14-16, y aunque es verdad que los planes para ellos
fueron transmitidos por Dios, aun así debemos reconocer que tal estructura fue
construida por hombres. Ese tipo de logro requería una tremenda cantidad de
conocimientos tecnológicos. No son pocos los que creen que, en
aquellos días, las personas que existían antes del diluvio estaban, en muchos
aspectos, más avanzados que nosotros hoy.
Hay muchos inventos y avances que
podrían mencionarse que revelan claramente cómo estamos progresando en los
campos científico y de ingeniería, así como en todos los ámbitos de la vida
humana. Hoy en día los avances en el campo de la medicina, por sí solos, son
casi increíbles. Pero, una de las mayores hazañas de la ciencia en los últimos
años fue la misión Voyager 2 al planeta Saturno. Esta pequeña nave estaba
cargada con todo tipo de instrumentos científicos delicados, tales como
receptores de radio, cámaras y detectores de rayos cósmicos. Podía medir la luz
ultravioleta, infrarroja y visible. Podía detectar campos eléctricos y
magnéticos, etc. Esto salió de la tierra y se dirigió a
Saturno viajando a cincuenta y cuatro mil millas por hora (eso es veinte veces
la velocidad de una bala), y viajó por cuatro años a través de 1.24 mil
millones de millas. Cuando esa cosa llegó a su destino, estaba a solo cuarenta
y una millas de su objetivo y solo tenía tres segundos de retraso. ¡Creo
que es seguro decir que estamos viviendo en un momento de avance humano sin
precedentes!
Por cierto, si nos fijamos en los
días de Noé, es posible que se llegue a creer que la humanidad estaba haciendo
bastante bien. Era próspera. Ellos estaban desarrollando una cultura compleja,
con grandes ciudades, el arte y la capacidad para mantener la vida. Ellos
avanzaban en los campos de la agricultura, la metalurgia, el arte, la música y
la ciencia; sin embargo, y a pesar de todos sus logros, ¡ellos no conocían a
Dios! ¿Te suena familiar? Nuestra sociedad está avanzando a un ritmo increíble,
pero la humanidad ha elegido un camino que lo lleva cada vez más lejos del
Señor.
FUERON DÍAS CARACTERIZADOS POR LA POLIGAMIA.
En 4:23, nos encontramos con un
hombre llamado “Lamec”. Se nos dice que se casó con “dos mujeres”. Es la
primera persona en el registro de la humanidad que tomó medidas claras para
socavar el hogar y la familia. Dios había establecido el estándar (Génesis 2:18-25). Lamec fue el primero
en pervertirlo. Fue un tiempo marcado por la lujuria, la indiferencia hacia la
voluntad de Dios y sumamente abierto a la perversión.
Lamentablemente, ¡Lamec no sería
el último! En Genesis 6:1-4,
se nos dice que hubo una mezcla de la familia justa de Set con la maldita y
reprobada familia de Caín. Esto produjo una generación de hombres llamados “patanes”
(“gigantes”)
y "hombres
de renombre". Básicamente, lo que tienes aquí es una generación de
hombres sumamente violentos que dominaron esa sociedad para su propio placer y
beneficio.
Bueno, creo que está claro ver
que el matrimonio, como lo define la Biblia, está siendo atacado hoy. La
familia que Dios diseñó está siendo desafiada por la fornicación, la homosexualidad
y el lesbianismo. La depravación se está convirtiendo en el orden del día. ¿Y
el resultado? Desorden social y emocional por todas partes, donde la ley del
más fuerte es la que quiere gobernar también nuestra sociedad.
FUERON DÍAS CARACTERIZADOS POR EL ORGULLO.
Según el verso 24, Lamec declara
que su valor es mucho mayor que el de su antepasado Caín. Él se erige como superior,
sobre todo, y aún sobre la vida misma. Él es el primer verdadero humanista. Se
ve a sí mismo como el número uno y cree que todas sus acciones son correctas. Su
nombre significa "poderoso", y vivió como si todo el poder residiera dentro
de él. Si observa los nombres de la descendencia de Caín en los versículos 17-18, notará que algunos
de los nombres incluyen el sufijo "El". Este es un nombre para Dios,
básicamente se refiere a Él como el Dios de la creación, poniendo de manifiesto
el orgullo de estos hombres.
Nuestros días no son muy
diferentes. Cuando escucho a políticos liberales, homosexuales y otros infieles
que usan el nombre de Dios, me doy cuenta de que los días de Noé están
aquí. Quieren pagarle el servicio de labios; pero no
quieren que Él se involucre en sus asuntos, o en los asuntos del mundo en
absoluto. Si podemos identificar un día en que los hombres creen hacer lo que es correcto
ante sus propios ojos, ese el día en el que estamos viviendo. Los
hombres no tienen respeto por la Palabra de Dios. No temen al Señor, pero viven
como quieren vivir sin pensar en un infierno eterno qué evitar.
El grito de batalla de la hora
es: “No me
digas cómo vivir mi vida. Haré lo que me plazca y no responderé ante nadie por
ello”. Las personas se niegan a inclinarse ante la
autoridad de Dios o su Palabra. Ellos caminan en el orgullo de la vida y no hay
temor de Dios ante sus ojos (cfr. 1
Juan 2:16; Romanos 3:18).
FUERON DÍAS CARACTERIZADOS POR LA CONTAMINACIÓN.
En primera instancia, contaminación
social. Los versos
5-6; 11-12 revelan el clima moral y social de aquellos días. Fueron
momentos en que los hombres hacían lo que querían sin pensar en el bienestar o
la propiedad de los demás. El asesinato y el crimen eran rampantes en esa
sociedad. Por supuesto, cuando los hombres se desprenden de Dios y su
influencia restrictiva; degenerarán en las profundidades de la depravación
y la maldad. Ahí es donde estamos
hoy. Piense en esto: en Estados Unidos, un asesinato se comete
cada treinta y cuatro minutos, una mujer es agredida sexualmente o violada cada
dos minutos, y una casa es robada cada nueve segundos. ¡Y en México las cifras
no son mejores! Y todo parece indicar que las cosas van a
empeorar. Mientras se le diga a una generación que no hay Dios, que no hay
Cielo y que no hay Infierno, el resultado no puede ser sino toda una desgracia.
Si no hay Dios, entonces no hay un estándar del bien y del mal, todo es
relativo. Si no hay Dios, entonces el hombre es producto del azar aleatorio y
la evolución, y puede hacer lo que le plazca. Y si no hay infierno, entonces no
hay sentido de justicia, no hay esperanza para los afectados, no hay castigo
para los malvados. ¡No hay nada qué temer!
En segundo lugar, contaminación
sexual: fue un momento de yugos desiguales en el matrimonio, (Génesis 6:1-4) y tolerancia de los
estilos de vida malvados y malos (Génesis 4:19-24). De hecho, la línea de sangre de la humanidad se
había contaminado tanto; que solo Noé fue considerado puro en sus
generaciones (Génesis 6:9). La
castidad y la moralidad se han convertido en principios obsoletos y arcaicos. El
sexo ya no está reservado para la relación matrimonial como Dios lo
desea. Ahora, el sexo es solo para la diversión y el placer. La
virginidad ya no se ve como un regalo precioso que debe ser apreciado y
preservado para su compañero de vida; es visto como una mercancía que se
intercambia por afecto, aceptación, dinero o placer. ¡Solo mire a nuestra sociedad y es fácil ver
que somos personas obsesionadas con el sexo!
Considere el aumento en los últimos años en los maestros que tienen
relaciones sexuales con sus estudiantes. Mire el aumento en el abuso sexual
infantil. Mire el aumento de la pornografía en nuestra sociedad. Las cosas que
antes se hacían en cuartos “obscuros” y se hablaban en susurros se muestran
abiertamente para que todos los vean. Lo que solía estar escondido en la
oscuridad ahora se ostenta en las vallas publicitarias, televisores y pantallas
de cine de América. Una búsqueda inocente de información en Internet puede
convertirse en una experiencia reveladora, si no se tiene mucho
cuidado. Los valores tradicionales y la moral están bajo un
ataque creciente en estos días. La homosexualidad y el lesbianismo no son
meramente tolerados; sino promovidos como "estilos de vida alternativos" y ¡Ay
de la persona que se atreva a hablar en contra de eso! ¡No hay duda de que
estamos viviendo en días contaminados que se están haciendo cada vez más
oscuros!
En tercer lugar, contaminación
espiritual: el versículo 12,
del capítulo 6, nos dice que los hombres habían "corrompido su
camino sobre la tierra". Los hombres se
habían apartado de la adoración del verdadero Dios para abrazar lo
oculto. Adoraban a ídolos y sus mentiras mientras rechazaban la verdad del
Señor. Lo mismo es cierto en nuestros días. La gente está
atrapada en la superstición. Observe el aumento de los “psíquicos” y el
interés por los ángeles. Simplemente vaya a cualquier librería grande y verá
rápidamente que la brujería, la astrología, el espiritismo, los fenómenos
psíquicos, las religiones demoníacas y el satanismo han penetrado en nuestra
cultura a un nivel aterrador. Pero, ¿qué debemos esperar? El hombre es un
ser religioso y adorará algo. Cuando Dios es removido de una cultura, Él será reemplazado
por falsificaciones satánicas. Siempre ha sido así, y siempre lo será (Romanos 1:18-28).
En conclusión, los Cainitas establecieron
la temperatura moral y espiritual de esa época. Controlaron la opinión
pública y establecieron lo que a su juicio era correcto. Los descendentes de
Set, por otro lado, parecían tener muy poca voz en esa sociedad. Es mucho de lo
mismo hoy. El mundo, que en su mayor parte ha dado la espalda a Dios, establece
el tono moral y espiritual de nuestra sociedad. Le prestan un servicio especial
al Señor y le niegan el amor, la devoción y la adoración que Él merece. ¿Qué
hacen los justos? No mucho, su voz no se escucha.
¿Han llegado de nuevo los días de
Noé? ¿Puedes ver lo que tales días implican? Implican que el mundo está suficientemente
maduro como para ser objeto del juicio de Dios. No obstante, no todo es
negativo, pues aún en esos días, había un hombre de Dios, una familia de Dios.
Y así como en ese día, por su gracia, él y su familia fueron salvados de aquel
mundo perverso y vil, así hoy en día, usted puede entrar al arca, y experimentar
su diluvio que lo salvará del mundo perverso que existe en nuestro tiempo. No y
los suyos “fueron salvadas por agua. El bautismo que corresponde a esto ahora
nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de
una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo” (1 Pedro
3:20, 21). El bautismo es nuestro diluvio, y Cristo es el arca de salvación.
Hoy todos podemos ser “salvos de esta perversa generación” (Hechos 2:40),
obedeciendo el evangelio de Cristo, el poder de Dios para la salvación de todo
aquel que cree (Romanos 1:16). Si usted desea saber qué debe hacer para recibir
el perdón de sus pecados, le invitamos a que se comunique lo más pronto posible
con un servidor, para compartirle el plan bíblico que Dios ha preparado para
morar con él por la eternidad.
Lorenzo Luévano Salas.
www.volviendoalabiblia.com.mx
No hay comentarios.: