Y conoceréis la verdad (1)
La mayoría de los estudiosos de la filosofía, concuerdan
en que, desde el siglo XIX nació una nueva forma de pensar con
respecto a la verdad. Hombres como “Hegel”, “Fredic Nitche” y muchos
otros, fueron sumamente influyentes en cuanto a su idea de que la
verdad no existe, y que todo es relativo.
Hasta 1974 la psiquiatría catalogaba el homosexualismo como un
desorden mental, que debe tratarse de manera clínica. Pero la idea popular de
que, "la verdad es relativa", condujo a los jueces y a los siquiatras a
cambiar su diagnóstico y postura.
Hasta 1950 casi todos los países castigaban el adulterio con cárcel y
multas. Hoy en día los adúlteros aparecen como los héroes en las
revistas del corazón y los esposos fieles son ridiculizados en las
reuniones sociales.
Hasta 1970 los estudiantes de los colegios obedecían sin dudar a sus
profesores y los castigos por desobediencia eran severos y daban
resultado. Hoy los alumnos demandan a sus profesores porque les
impiden “el libre desarrollo de su personalidad”, y los jueces les dan la
razón a los estudiantes. En todas las corrientes religiosas vemos el mismo fenómeno. El
concepto de la verdad es místico, no teniendo nada que ver con
doctrinas y modalidad en cuanto a culto y vida piadosa se refiera.
No obstante, Cristo dijo, “y conoceréis la verdad”. Cristo dijo esto PORQUE LA VERDAD EXISTE. ¿Cómo podríamos conocerla si no existe? Uno no puede
conocer aquello que no existe. Tomás de Aquino, lo dijo así, “Es evidente que existe la verdad.
Porque el que niega que existe la verdad, conoce que la
verdad existe. Si, pues, no existe la verdad, es verdad
que la verdad no existe”. Negar la existencia de la verdad, es negar la existencia de
Dios. Dios existe, entonces la verdad existe. La verdad es una de sus perfecciones. La Biblia dice, “Y pasando Jehová por delante de él, proclamó:
¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso;
tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad”
(Éxodo 34:6). “Él es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos
sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin
ninguna iniquidad en él; es justo y recto.” (Deuteronomio 32:4)
2. Es llamado la verdad: “Mas Jehová Dios es la verdad,
él mismo es Dios vivo, y Rey eterno: de su ira tiembla la
tierra, y las naciones no pueden sufrir su saña” (Jeremías
10:10 – RV1865). La realidad de su esencia, es opuesta a la
“vanidad” o "engaño" de los ídolos (v. 3, 8, 15). La verdad va delante de su rostro, “Justicia y juicio son el
cimiento de tu trono; misericordia y verdad van delante
de tu rostro” (Salmo 89:14). La verdad de Dios es eterna: “Porque ha engrandecido
sobre nosotros su misericordia, y la verdad de
Jehová es para siempre. Aleluya” (Salmo 117:2 –
RV1865) La verdad de Dios es inmensa: “Porque grande es
hasta los cielos tu misericordia, y hasta las nubes tu
verdad.” (Salmo 57:10).
Cristo dijo, “y conoceréis la verdad”. Cristo dijo esto PORQUE LA VERDAD PUEDE SER CONOCIDA. Jesús jamás hubiese hecho esta promesa, a no ser que la
verdad pueda ser conocida. Muchas personas creen que, aunque existe la verdad,
uno no puede estar seguro de conocerla. Creen que
cada quien tiene “su” verdad. Muchas iglesias de Cristo están cayendo en esta
filosofía, diciendo que “la verdad” es solamente “la muerte, sepultura
y resurrección de Cristo”. Dicen que la doctrina no
importa, lo que importa es Cristo. Cuando leen en la
Biblia sobre “la verdad”, creen que solamente significa lo
antes dicho. Cristo no dijo, “si pudiereis conocer la verdad”. Jesús no
habló de un deseo, sino de un efecto, el cual, resulta de
permanecer en su palabra. Desde luego, ellos pueden alegar que Cristo sí habló de
“conocer la verdad”, pero solo de cierto mensaje específico.
No obstante, esta verdad es toda su doctrina, toda su enseñanza. Juan escribió, “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la
gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo”
(Juan 1:17) Y también, “Mi doctrina no es mía, sino
de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad
de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo
por mi propia cuenta.” (Juan 7:17; 17:17). Dios quiere que los hombres sean salvos, y que conozcan
la verdad: “el cual quiere que todos los hombres sean salvos
y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4). Si la verdad no puede ser conocida, entonces, ¿cómo se
aplicaría Hebreos 10:26? “Porque si pecáremos
voluntariamente después de haber recibido el
conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por
los pecados”. Nunca seríamos responsables ante Dios en
cuanto a practicar el pecado. Si no podemos conocer la verdad, nunca podríamos estar
firmes, no habiendo cinto para ceñir nuestros lomos: “Estad,
pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y
vestidos con la coraza de justicia” (Efesios 6:14). David escribió, “pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás
refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte!”
(Salmo 91:4). Si no podemos conocer la verdad, entonces nuestro
crecimiento sería nulo, pues Pablo declaró que, “siguiendo la verdad en
amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto
es, Cristo” (Efesios 4:15). ¿Hay que seguir lo que no
podemos conocer?
Cristo dijo, “y conoceréis la verdad”. Cristo dijo esto PORQUE LA VERDAD PUEDE SER ENTENDIDA. Cristo no dijo, “si pudierais entender la verdad”, por el
contrario, dijo que es posible conocer la verdad, y así, entenderla. Si la verdad no puede ser entendida, entonces el predicador
del evangelio no podría usarla correctamente. “Procura con
diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no
tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de
verdad” (2 Timoteo 2:15). Uno no puede usar bien aquello
que no entiende. Pablo dice que hay “ira y enojo” a quienes no obedecen a la
verdad: “pero ira y enojo a los que son contenciosos y no
obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia”
(Romanos 2:8). Uno no puede obedecer aquello que no
entiende, o que no está disponible. En vista de que la verdad debe ser creída, es prueba de que
puede ser entendida: “a fin de que sean condenados todos
los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron
en la injusticia” (2 Ts. 2:12). La verdad debe ser publicada, “Más bien, hemos renunciado
a todo lo vergonzoso que se hace a escondidas; no
actuamos con engaño ni torcemos la palabra de Dios. Al
contrario, mediante la clara exposición de la verdad, nos
recomendamos a toda conciencia humana en la presencia
de Dios.” (2 Corintios 4:2 - NVI). Uno no podría exponer
claramente la verdad, si esta no puede ser entendida.
La verdad existe, puede ser conocida y entendida
perfectamente. ¿La conoce usted? La verdad está en la Palabra de
Dios, y usted hoy puede comenzar a conocerla, y a obrar en base a su
entendimiento de ella.
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