El engaño de la unidad entre iglesias.

Son populares los sermones, conferencias y artículos que tienen que ver con la "unidad". En los púlpitos los predicadores arengan sobre la necesidad de unidad, sobre los beneficios de la unidad, y sobre el pecado de la división.

Sin embargo, en la mayoría de exposiciones semejantes, veo que muchos suponen que la unidad, tiene que ver con "iglesias", lo cual es un error.  ¿Qué enseña la Biblia sobre la unidad? Sobre todo, ¿enseña que la unidad es una cuestión entre iglesias? La verdad es que la unidad, es una responsabilidad individual en beneficio de la iglesia local (cfr. Efesios 4:3-6; Efesios 4:11-12; 1 Corintios 1:10; 1 Corintios 11:18).

No obstante, y a pesar de que no existen textos bíblicos para probar que debe haber "unidad entre las iglesias", aún así muchos hermanos insisten en llamar a la unidad a las iglesias. Pero, ¿qué es lo que quieren? Desde un punto de vista práctico, ¿qué quieren que hagan las iglesias, para entonces decir que hay "unidad"? La respuesta de esta pregunta expondrá el error que hay de fondo, al llamar a las iglesias a la unidad. 

El primer error es que, los que llaman a las iglesias a la unidad, lo hacen para llevar a cabo actividades que no están autorizadas en el Nuevo Testamento.  Por ejemplo, quieren que las iglesias participen en "cultos unidos", en los cuales, quieren que las iglesias funcionen en asamblea como si fueran una sola congregación.  ¡No hay texto bíblico para semejante obra! Son los individuos, y no a las iglesias, los que son llamados a congregarse (cfr. Hechos 20:7). Esas reuniones de iglesias para funcionar como una sola congregación, no tienen base bíblica, pero es esa la "unidad" que muchos quieren. Sin embargo, tal unidad no es la que enseña "el Espíritu" (Efesios 4:3).

El segundo error, es que quieren que haya "unidad", a pesar de las "diferencias doctrinales" que hay entre las congregaciones. Esta es una realidad que podemos ver en el Nuevo Testamento. ¿Nos dirá usted que en el Nuevo Testamento, todas las iglesias creían una y la misma cosa? ¿Nos dirá usted que la iglesia en Galacia, creía exactamente lo mismo que la iglesia en Corinto? ¿Creían lo mismo las siete iglesias del libro de Apocalipsis? La unidad consiste en "hablar una misma cosa", teniendo "una misma mente y un mismo parecer" (1 Corintios 1:10). ¿Lee usted que las iglesias hablaban la misma cosa, y que todas las iglesias tenían una misma mente y un mismo parecer? Ni en el Nuevo Testamento, ni hoy en día sucede tal cosa. Y no sucede porque es imposible.  Es por esta realidad que Dios determinó que las iglesias fuesen autónomas en organización y obra (cfr. Filipenses 1:1; Hechos 14:23). Que iluso es el predicador que cree en la "unidad entre iglesias".  

En tercer lugar, los llamamientos de unidad entre iglesias, terminan siendo caldo de cultivo para la infección carnal de las congregaciones que creen en semejante sueño guajiro.  La única manera de lograr esa unidad, es por medio de la filosofía humana conocida como la "unidad en la diversidad", en la que se pretende estar unidos, pese a las grandes y graves diferencias doctrinales entre los promotores y participantes de ese movimiento.  Se engañan a sí mismos los que creen que hay "unidad" en semejante caso. Al final, terminan llamando "opinión" a las enseñanzas del Nuevo Testamento, teniendo como temas vitales algunos pocos puntos tales como la deidad de Cristo (y eso con sus matices), su nacimiento virginal (con sus matices), su muerte, sepultura y resurrección. El plan de salvación (últimamente con serios matices).  Como vemos, incluso las doctrinas "vitales" para quienes promueven la unidad entre iglesias, también están llenas de acotamientos que tienen que ser ignorados para evitar el "conflicto".  Al final tenemos a las iglesias comulgando y hasta recibiendo herejías que conducirán a muchos al infierno (cfr. Gálatas 5:19-20).

Amados hermanos, no se engañen. Lean su Nuevo Testamento, y vean que la unidad es una responsabilidad individual en beneficio de la iglesia local.  Lean en su Nuevo Testamento y noten que no hay unidad orgánica entre iglesias, sino que cada una se organiza y obra de manera autónoma. La unidad entre iglesias no es la unidad del Espíritu, sino una unidad subjetiva, y así, defectuosa para la fe del creyente que la promueve y participa en ella. 


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